Vestir un Vino es un Arte

Nuestro especialista en vinos, Eduardo Lanza, trae una columna en la que nos comparte una de las artes que cambiaron con el tiempo en materia de vinos: la etiqueta.

 


El mundo del vino cambió para siempre a partir de los 90. El sacudón se dio cuando muchos nuevos jugadores entraron a la cancha. Eran los países del Nuevo Mundo como le llamaron los europeos a Chile, Argentina, Australia y Sudáfrica.

Los reunía una calidad más que aceptable y unos precios muy convenientes. Pero regiones europeas que dormían una tranquila siesta, sin que nadie las molestara, se vieron sacudidas por este remezón y también comenzaron a renovarse.

Sicilia, Galicia y otras, dedicadas a los vinos comunes, carecían de ambiciones de destaque. El revuelo fue tan grande que apareció una nueva profesión. La de periodistas que recomendaban y le daban puntajes a los vinos, según la calidad que ellos constataban. Por su lado los productores recién llegados, debían abrirse camino, hacerse conocer y las etiquetas eran el arma para diferenciarse en las góndolas.

El estudio Zemma – Ruiz Moreno
Otra nueva profesión se abría paso y los argentinos Santiago Zemma y Lucila Ruiz Moreno supieron aprovecharla muy bien. Arquitecto él, diseñadora gráfica ella, una puerta se les abrió cuando don Alfredo Pulenta, propietario de Trapiche, les encargó un nuevo diseño, para renovar las etiquetas de la prestigiosa bodega. Es que esto también sucedía en los 90.

Las bodegas más tradicionales sentían la necesidad de vestir sus botellas “a la moda”. Con esta empresa trabajaron muchos años y así, el estudio Zemma – Ruiz Moreno comenzó a acumular nuevas experiencias, para llegar a las principales bodegas argentinas, dando servicios de consultoría en imagen de producto, marca y posicionamiento.

El rol de la etiqueta

De acuerdo con Santiago Zemma “el diseño de la etiqueta cumple un rol y agrega valor pero debe incluir algunos códigos que no son estáticos y que evolucionan. Antes una etiqueta no cambiaba por décadas, hoy se le hace una modificación cada año. Al encarar un nuevo trabajo, el cliente nos da pautas que limitan nuestra creatividad y eso nos genera el desafío de ordenar y desordenar ideas, de buscar recursos estéticos que permitan definir la identidad de cada vino”.

Por su lado Lucila agrega: ”es uno de los aspectos de nuestra profesión que más disfrutamos. Es su parte lúdica y también estratégica, para encontrar soluciones posibles y efectivas. No es nuevo esto que te voy a decir, pero para nosotros el vino es un producto muy noble y es parte de la cultura.”

Rio de los Pájaros
El reconocimiento logrado en Argentina, atrajo la atención en Uruguay y varias bodegas los contrataron. Allá por el 2003, Pisano necesitaba nuevas etiquetas para salir al mundo con sus vinos y decidieron probar con el estudio Zemma – Ruiz Moreno.

Trabajando juntos y barajando distintas líneas estéticas, fueron construyendo la de Río de los Pájaros. Un diseño minimalista se podría decir, centrado en una línea ondulada que según Gustavo Pisano: “puede bien representar nuestro paisaje campestre o las olas del mar que nos abraza. Quisimos distanciarnos así, de las montañas que exhiben muchas etiquetas de Chile y Argentina.

Río de los Pájaros
Río de los Pájaros
Sobre esa onda central aparece el boceto de un pájaro y debajo un pez. Con esta alegoría, sentimos que Uruguay y Pisano, se podían identificar muy bien en el exterior. Si mal no recuerdo, creo que fue el primer trabajo que ellos hicieron en nuestro país”.

Un varietal y un tinto Alta Gama
Distintos fueron los diseños para Bodega Bouza. En el caso del Tannat A8, también sobre un suelo negro ondulado, aparece muy pequeña, pero bien nítida la figura de una cachila. Esta silueta alude al primer auto restaurado por la familia Bouza, un Ford T modelo 1926, que integra la colección de vehículos antiguos que se aloja en la bodega de Melilla. Parece claro que la imagen no habla del vino en sí mismo, pero sin ninguna duda identifica la pasión de la familia, por la clásica elegancia de los autos vintage. Para la etiqueta Monte Vide Eu, se dio una feliz coincidencia.
FUENTE EL PAIS

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