El Malbec es una Cepa Emblemática para los Argentinos

Walter Bressia es un nombre ligado al mundo vitivinícola desde hace muchos años en el país y llegó a Bariloche con sus mejores vinos.

 

 


El Malbec argentino es, sin dudas, uno de las estrellas que el país tiene y que exporta a cientos de lugares donde lo disfrutan y hacen crecer el sentimiento de orgullo que se siente por esta cepa.

Los datos afirman que, con presencia en 17 de las 24 provincias argentinas, el Malbec representa el 24,3% de la superficie total cultivada con vid en el país el 40,8% de la superficie de variedades tintas.

El pasado lunes 17 se celebró el Día Mundial del Malbec, sin dudas, la cepa que se convirtió en insignia en el país que se consolida como la variedad más exportada de Argentina. La fecha se eligió hace 12 años, en homenaje al día mismo de 1853 en que se presentó ante la Legislatura Provincial de Mendoza el proyecto que contemplaba la creación de una Quinta Normal y una Escuela de Agricultura.

Y desde esta provincia, caracterizada por sus viñedos y la excelente calidad de su producción, llegó a Bariloche Walter Bressia, enólogo y nombre indiscutible en el mundo del vino a nivel nacional, en un evento organizado por el Almacén de Vinos.
En un evento íntimo y en un lugar que además, forma parte de la historia de la ciudad, Bressia llegó con cuatro variedades distintas de su bodega que tiene ya, 20 años de historia y trabajo esforzado.

El hombre empezó su camino en la industria vitivinícola, siendo solo un joven de menos de 20 años. Estudió en una escuela que, como orientación, tenía agronomía y enología. Apenas terminado el colegio, si bien deseaba estudiar medicina, comenzó a trabajar en una pequeña bodega, hasta que surgió una oportunidad en otra importante firma.

Trabajó en Nieto Senetiner durante muchos años, hasta que decidió apostar por su emprendimiento propio y familiar. Así fue como surgió Bodegas Bressia, en la que hoy trabajan sus cuatro hijos, y seguramente lo harán sus nietos.
Tanto Walter como su esposa, apostaban por un proyecto en el que se trabajara con el concepto de “vinos de familia”. Ahora, a dos décadas de iniciado el camino, afirman que “cada botella es única y por lo tanto se puede disfrutar del placer que ofrece la exclusividad y particularidad de cada cosecha”.

Bressia se caracteriza por la calidad de sus vinos y por el trabajo dedicado que cada miembro de la familia imprime en ellos. “El mismo vino que hacemos para el mercado interno, es el que exportamos”, afirmó el hombre.

“Llevo 50 años en esta actividad”, contó Bressia en el almuerzo donde se degustaron tres vinos tintos y uno blanco y destacó que desde hace un tiempo “la vitivinicultura está muy profesionalizada” en el país. (ANB)

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