Deby es Sommelier de Habanos y nos contó cómo es su trabajo

La primera vez que Deby Benítez (30) probó un habano fue un viernes después del trabajo. Fue un H. Upmann, que en el rubro es considerado como un habano suave. Acompañó esa prueba con una copa de vino blanco y desde entonces se convirtió en un ritual con el que arranca cada nuevo fin de semana. Deby es de Florencio Varela y en su familia nadie es fumador de este estilo.


Sí tuvo jefes que fumaban puros, e incluso uno que le aconsejó a dónde ir a fumar y marcas poco conocidas para experimentar. A esa recomendación se sumó hace más de un año la de un conocido que viajó a Cuba y volvió fascinado por el producto. Su fanatismo despertó la curiosidad de Deby. Así fue como ella decidió convertirse en sommelier de habanos.
«El Habano Sommelier es un profesional que está capacitado no solo en vinos y destilados sino también en habanos y en el maridaje del mismo; uno tiene que contar con la información para brindarle al comensal una muy buena experiencia», explica Deby sobre su especialidad. A la vez, aclara que los Habano Sommelier comunican puros hechos en Cuba, «ya que los mismos pertenecen a una Denominación de Origen Protegida, como cuando nos referimos al Champagne; solo se hacen en una zona determinada por la combinación de su suelo, su clima y su mano de obra».

Su formación. Antes de adentrarse de lleno en este rubro tan particular, Deby hizo la Carrera de Sommelier Profesional en el CAVE. Fue durante los años 2014 a 2017 y en ese tiempo de cursada recuerda que tuvo solo una clase referida a los habanos. «Uno como Sommelier siempre anda en busca de nuevos productos que sumen al placer de comer, beber y fumar», comenta al mismo tiempo que señala a esa necesidad como otro disparador que la fue acercando al mundo de los puros cubanos.

A fines de 2017 a Deby la contactaron desde Puro Tabaco, una importadora y distribuidora oficial de habanos en el Cono Sur. Tuvo una reunión y ahí mismo le propusieron ser parte, en mayo del año siguiente, de un curso de capacitación. «Acepté sin pensarlo; en ningún momento pensé llegar hasta estas instancias, con un pie en el Festival de Habanos del 2020 y en una nueva edición del Habanos World Challenge, donde estaremos compitiendo junto con Héctor Vega».
Para formarse en esta especialidad Deby aconseja como primordial estudiar la carrera de sommelier, para que más tarde los cursos dictados por Puro Tabaco u organizaciones similares puedan expedir un diploma complementario al anterior. «Siempre es importante contar con una base en bebidas ya que es esencial saber de estilos y tipos de bebidas para poder combinar el tabaco. Y por supuesto, leer y seguir las tendencias, para no perder el ritmo», recomienda.

Su rutina. Deby trabaja como administrativa en el rubro gastronómico y también es licenciada en Marketing. Dice que todas sus carreras se fusionaron muy bien y le permitieron «ver mucho más allá del romanticismo» que pueden tener algunas personas con las bebidas y el tabaco. «Me fijo mucho en los lanzamientos, en las tendencias, los mercados de consumo, etc. De lunes a viernes trabajo en la oficina, donde la verdad la paso muy bien; algunos viernes después de la jornada disfrutamos de un vino», cuenta.

Cuando sale de la oficina empiezan sus actividades más relacionadas a la cata de vinos, siempre buscando hacer cosas nuevas. Algunas de ellas son, por ejemplo, catas en conjunto con una amiga sexóloga, con quien organizan degustaciones para mujeres cuyo objetivo es a la vez concientizar sobre el buen consumo y hablar de temas que quizás son tabú. «Hace poco me propusieron hacer degustaciones para grupos y el sector a realizar me recordó mucho a los años ’20 y la plena prohibición. Ahí se me ocurrió hacer una cata de whisky bajo este concepto con un amigo que es abogado penalista -y quien mejor que alguien así para hablar de leyes y penalidades en una época que marcó un antes y un después en las bebidas», suma Deby a la enumeración de sus experiencias.

Sobre el lugar del género en el rubro, Deby cuenta que aunque al principio se adentró pensando que era un mundo netamente masculino, sus principales mentoras son dos mujeres que saben muchísimo de habanos. «Después conocí a Blanca y Lucia Alsogaray, dueñas de La Casa del Habano, con quienes hicimos una cata de habanos para mujeres. La verdad es que conviven muy bien ambos géneros. Quizás la publicidad siempre está orientada a hombres y la persona que no fuma o no conoce el rubro cree que es solo un estatus masculino», opina. Además, aclara que su consumo se da también en los distintos géneros, «incluso en Cuba se ven muchas mujeres fumando y las fábricas de allá cuentan con más empleadas mujeres para enrollar las hojas de tabaco».

Deby dice que acá los habanos se consumen «más de lo que se imagina» y que hay «muchos negocios tabacaleros, incluso con propuestas gastronómicas debidamente autorizados para la venta y el consumo». A eso suma que aunque el producto está muy emparentado con cierto estatus social, no es necesario invertir mucho dinero para poder apreciar la cultura cubana.
FUENTE: A 24.COM

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